En algunas vacunas este antígeno es el propio agente patógeno muerto y en otras está vivo pero “atenuado”, para que así no provoque la enfermedad. Los antígenos vacunales estimulan una respuesta inmunitaria específica y con memoria. Así, si el patógeno infecta a un animal, su sistema inmune lo reconoce de inmediato y lucha mejor contra él, evitando que se desarrolle la enfermedad. Estas vacunas permiten que los animales desarrollen sus propias defensas, igual que se desarrollarían en un “proceso natural”, pero con la ventaja de que en estas circunstancias nuestra mascota no se enfrenta al agente patógeno que se encontraría en el medio ambiente, sino a una versión mucho más “light” que es incapaz de provocar la enfermedad. Sí que es cierto que cuando la inmunidad se adquiere de manera natural ésta suele ser más duradera, mientras que la se adquiere mediante las vacunas es más corta, por eso es tan importante ir administrando recuerdos periódicamente.
Para que las vacunas protejan a tu mascota adecuadamente frente a las enfermedades para las que vacunamos es necesario que completes de manera correcta el protocolo inicial que establecerá tu veterinario cuando el animal es un cachorro - protocolo llamado primovacunación – y que después realices las sucesivas vacunaciones cuando el animal ya sea adulto.
El veterinario es el único que está cualificado para decidir si se debe vacunar o no a tu mascota. Normalmente sólo se vacunan aquellos animales que han sido sometidos a un examen físico completo y el resultado de éste ha sido satisfactorio. Además es muy importante que antes de vacunar desparasites al animal, ya que los parásitos pueden llegar a alterar su respuesta inmunitaria y se produciría una disminución en la eficacia de la vacuna. Otro factor a tener en cuenta es si tu mascota está siendo tratada con algún medicamento, ya que también hay fármacos que pueden alterar la respuesta inmunitaria. Ante cualquier duda sobre si se podrá o no vacunar a tu compañero consulta a tu veterinario, él es quien mejor te podrá aconsejar sobre qué hacer en cada caso concreto.
Las vacunas pueden producir una serie de reacciones adversas (al igual que cualquier medicamento). Las que puedes llegar a ver son:
Siempre que se produzca una reacción adversa debes ponerte en contacto con tu veterinario para que evalúe al animal e instaure, si es necesario, un tratamiento que haga mejorar a tu mascota.
Esperamos que este breve texto te haya aclarado algo más sobre el tema de la vacunación, algo que hacemos muy a menudo con nuestras mascotas y que en ocasiones se vuelve un “acto de fe”, razón por la cual nos decidimos a hablar sobre ello. Hay que pensar que ningún medicamento ha salvado tantas vidas como las vacunas (y no nos estamos refiriendo sólo al mundo de los animales de compañía) y que se han conseguido erradicar enfermedades muy peligrosas gracias a ellas.
Si tienes cualquier duda respecto al tema no dudes en consultarnos por cualquiera de las vías habituales!